ENERGÍA | Investigación publicada en PNAS
Agua contaminada en los pozos cercanos al 'fracking'
Instalación de gas mediante fracking en EEUU. | Reuters
Miguel G. Corral | Madrid
El 'fracking' es ya uno de los
temas más polémicos de la escena energética española incluso antes de haberse
perforado un solo pozo ni siquiera para la investigación de su potencial en el
territorio nacional. Pero el interés mostrado por algunas autonomías como País
Vasco y por el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, y
la prohibición de este tipo de extracción de gas natural en otras regiones como
Cantabria han situado esta técnica en boca de todos.
No obstante, es EEUU el país que
tiene experiencia en esta nueva forma de extraer gas para la que hay que romper
estratos rocosos de pizarra en el subsuelo, usando agua a presión mezclada con
arena y sustancias químicas contaminantes. Y es allí donde se están estudiando
en detalle los riesgos ambientales, geológicos y para la salud pública que
puede implicar. El último de ellos se acaba de publicar en la revista
'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) y revisa precisamente
una de las mayores amenazas para la salud pública: la contaminación de las
aguas subterráneas para consumo humano.
El equipo de investigadores de la
Universidad de Duke que firma el trabajo analizó 81 nuevos pozos de agua
cercanos a puntos de extracción de gas con la técnica de 'fracking' y añadió esos
resultados a los que ya se habían realizado previamente en otros 60 pozos. Las
principales conclusiones a las que llegaron es que la concentración de gas
metano en el agua de consumo humano era seis veces mayor de lo normal y la de
etano llegaba a ser hasta 23 veces superior en los pozos situados a un
kilómetro de la prospección.
Todos los puntos analizados
estaban situados en el noreste de Pennsylvania, en un yacimiento de gas de
pizarra llamado Marcellus. La contaminación de las aguas subterráneas con
metano es algo que ya se había demostrado con anterioridad y que otros estudios
aseguraban que era producida por causas naturales. Pero, según el autor
principal, Robert Jackson, los resultados sobre el etano y el propano
(encontrado también en 10 de los pozos analizados) son "nuevos y muy
difíciles de refutar".
La polémica está servida
"No hay una fuente biológica
de etano y propano en la región que estudiamos y el gas de Marcellus es rico en
ambos gases", explica Jackson. Los investigadores, además, realizaron
análisis isotópicos de los átomos de carbono para comprobar la procedencia de
los gases encontrados. "Los datos sobre el metano, el propano y el etano y
las nuevas evidencias obtenidas de los isótopos de los hidrocarburos y del
helio sugieren que las perforaciones han afectado al agua de algunas viviendas
cercanas", asegura el investigador del departamento de ciencias
ambientales de la Universidad de Duke (EEUU).
"En una minoría de casos, el
gas incluso se parece mucho al de Marcellus, probablemente debido a una
construcción defectuosa del pozo", dice Jackson. Sin embargo, desde Shale
Gas España, la plataforma que aúna a las empresas interesadas en extraer este
combustible en España, dudan de la fiabilidad de los resultados obtenidos por
Jackson y su grupo. "Que hayan encontrado estos gases en aguas de pozos de
agua no demuestra nada. En esa zona de Pennsylvania hay contaminación de las
aguas de forma natural porque estos gases están a muy poca profundidad y están
realmente mezclados", explica Rafael López, geólogo de Shale Gas España.
Según este portavoz de la
industria del 'fracking', para saber realmente si la contaminación tiene que
ver con este método de extracción habría que hacer muchas más pruebas
geológicas. En su opinión aún hace falta mucha más investigación para
"llegar al fondo del asunto